Como ya comentamos en el post "Me río yo de mí", el humor funciona, sobre todo si se trata de la publicidad riéndose de sí misma. El reto era que no fuera porque sí y porque yo lo valgo.
En el vídeo no se trata de reírse de los topicazos de los anuncios. Sí, los planos, el montaje, etc. están hechos con premeditación y alevosía, pero eso es lo de menos. Lo importante es que tanto la sorpresa como el humor se utilizan para destacar el principal atributo (nunca mejor dicho) del producto: un sujetador push-up, concretamente de la marca Wacoal.
Si la mujer estupenda del anuncio, menuda pero con sus curvas, resulta que al final es un hombre, ¡no cabe duda de que el sujetador funciona por muy plana que una chica esté! BRAVO. (Por si alguien duda de si es la misma persona al principio y al final, aquí está el making of).
Os pongo otro ejemplo de humor sorpresivo bien utilizado (a día de hoy para mí es el anuncio más divertido que he visto, pero bueno, para gustos...):
Lo que está bailando con entusiasmo esta familia danesa tan encantadora no es algo que cantarías delante de tu abuela en un idioma que la buena mujer pudiera entender. O sea, mira qué groserías podrías decir sin saberlo. ¡Bingo! Porque lo que se vende aquí es el instituto de idiomas, Soesman Language Institute, para aprender inglés. Además, este argumento de "por favor, deja de hacer el ridículo", que usó Young and Rubicam para la campaña, es original, muy del día a día (nos puede pasar a todos) y bastante alejado de lo que suele ir asociado a aprender idiomas (mejorar las oportunidades laborales, ampliar tu currículum...). Me encanta. (Por cierto, el anuncio fue vetado, pero eso es otro tema).
De todas formas, en mi opinión, se está empezando a abusar de la sorpresa y el humor: parecen el comodín que siempre funciona. Sin embargo, al abusar, se pierde el efecto. Así que mejor utilizar con precaución (y siempre para destacar lo que quieres comunicar). Eso sí, nadie dijo que fuera fácil.
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