
En Mundo Lateral no existe la Navidad pero hay una importante festividad doble: los Big Boings.
La razón es astronómica, no religiosa. Su planeta no tiene un movimiento circular alrededor de su estrella sino pendular. Es como estar montado en el barco vikingo de un parque de atracciones.
Cuando su planeta se acerca a cierto punto de su recorrido, va frenando su velocidad hasta detenerse y, de ahí, desanda la órbita recorrida hasta el punto equivalente al otro lado. Por eso, en Mundo Lateral se dice que existen años hacia delante y años hacia atrás.
Cuando el invierno va antes que la primavera, es un año hacía atrás (Backward Year). En cambio, si empieza en primavera y acaba en invierno, es un año hacia delante (Forward Year).
Cuando el invierno va antes que la primavera, es un año hacía atrás (Backward Year). En cambio, si empieza en primavera y acaba en invierno, es un año hacia delante (Forward Year).
Los días en que el planeta pendular frena por completo para dar la vuelta, están señalados como festividades en su calendario. A cada uno de ellos se les llama Gran Rebote o Big Boing. Son días especiales porque se experimentan unos momentos de ingravidez que, aunque ocasionan múltiples roturas de vajilla, tienen una magia especial, sobre todo para los niños.
Los adornos típicos de un Gran Rebote son magnéticos y hacen referencia a todas las cosas reversibles de nuestra vida; las tortillas de patatas, los columpios, los palíndromos y, el símbolo más típico en estas fiestas: un calcetín al revés.
Pero no sólo se trata de adornar la casa y experimentar emocionantes momentos de ingravidez. Aunque los habitantes de Mundo Lateral no tengan una religión organizada, son personas muy espirituales y su forma de ver la existencia es un reflejo de su Universo, también pendular. Todo lo que es inferior es superior; lo que fue el origen, es el destino. Lo que se da, se recibe; lo que se puede ver por un lado, se puede ver desde el otro.
Por eso, la costumbre es que en los días del Big Boing, todos los familiares y amigos se separen.
¿Separarse?
Sí. Quizás esto sea lo más controvertido de su tradición. Cada cual debe buscarse un hotel, una tienda de campaña o por lo menos una habitación cerrada para aislarse de sus seres queridos. Aunque durante todo el año convivan en la misma casa, ese día deben separarse, a no ser que se trate de niños muy pequeños. Pero incluso a los bebés se les deja un rato llorando sin que nadie les coja durante quince minutos por lo menos.
A pesar de que esta costumbre se ha mantenido durante generaciones, hay algunas personas, sobre todo jóvenes, que no están de acuerdo con separarse de sus padres sólo porque lo mande el calendario. Según los psicólogos de este planeta, es normal en la adolescencia ser demasiado obediente y estar apegado a los padres; pero es sólo una etapa.
Dicen los historiadores laterales que el origen de esta tradición era evitar que unas personas se chocaran contra otras en el momento de flotar por la estancia. Para los habitantes actuales de Mundo Lateral se ha convertido una costumbre importante, ya que durante este día reflexionan sobre las cosas a las que hay que dar la vuelta.
Además, experimentar el desapego con los seres queridos es muy bueno para la familia porque la despedida les hace darse cuenta de cuánto se quieren. También, por lo que cuenta el Míster, este ritual es muy necesario para crecer de forma sana: les prepara para ser independientes y aprender que después de la soledad llega el reencuentro. Así, cuando uno de sus seres queridos falta, o si se han peleado y no se han reconciliado, están preparados para su ausencia ya que han practicado cada año.
Durante un Big Boing, especialmente durante los momentos de solitaria ingravidez, todos los seres son seres queridos, todos están presentes.
Además, experimentar el desapego con los seres queridos es muy bueno para la familia porque la despedida les hace darse cuenta de cuánto se quieren. También, por lo que cuenta el Míster, este ritual es muy necesario para crecer de forma sana: les prepara para ser independientes y aprender que después de la soledad llega el reencuentro. Así, cuando uno de sus seres queridos falta, o si se han peleado y no se han reconciliado, están preparados para su ausencia ya que han practicado cada año.
Durante un Big Boing, especialmente durante los momentos de solitaria ingravidez, todos los seres son seres queridos, todos están presentes.
Le deseamos un Feliz Big Boing.

