Hasta que apareció Internet, los mensajes sobre sus productos pertenecían a las marcas. Ellas decidían qué y cómo se comunicaba, al menos de forma masiva. Pero, claro, ahora ya no controlan la expansión y repercusión de las opiniones de la gente.
La verdad es que, en general, nos fiamos mucho más de los mensajes que provienen de otros consumidores, así que es normal que cunda el pánico (sobre todo entre los que no hacen las cosas como debieran). Por ejemplo, para los que nos planificamos los viajes por nuestra cuenta, páginas como TripAdvisor se han convertido en una referencia casi obligada para que no te den gato por liebre.
A algunos esto no les hace ninguna gracia. El otro día salía en las noticias un cargo importante del sector hotelero quejándose de lo indefensos que se encuentran frente a los comentarios online. Esta persona defendía que no eran legítimos porque no tenían que pasar por ningún filtro y que eso no era justo. Según él, un comentario falso puede destruir la reputación online y perjudicar seriamente el negocio de cualquiera. Otro decía que puede ser la misma competencia intentando hundirles. A nada que busques un poco encuentras opiniones de esta clase de "indignación" por todas partes.
Y digo yo, cuando éramos nosotros los que estábamos indefensos ante su control absoluto de los mensajes ¿no era injusto? Cuando son los dueños de esos negocios los que comunican, ¿cómo sabemos que dicen la verdad? Ahí está la clave, no tenemos forma de saber si mienten. Aquí van un par de muestras:
Que no se me entienda mal, no estoy diciendo que todos los negocios que viven del turismo usen estas sucias técnicas para captar clientes, pero todos sabemos que muchos lo hacen sin ninguna vergüenza. Así que me parece más que legítimo acudir a Internet para saber qué dice la gente sobre ese hotel que tiene tan buena pinta.
Para ser justa, también es verdad que hay usuarios que dan opiniones que no son reales (hay mucho trol suelto por la red). Y también es cierto que la indignación nos motiva más a comentar que una buena experiencia. Aunque si el hotel (o el producto que sea) mola de verdad, lo normal es que encuentres 15 comentarios positivos por cada uno terrible.
Tenemos todo el derecho a opinar lo que nos parezca. ¡Faltaría más! Señores del sector turístico, la libertad de expresión está para ejercerla. Y como explicaremos en nuestro próximo post, con constancia y dedicación es muy fácil construir una buena reputación Online. Siempre que, claro, no intentes engañar a la gente.

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