
¿Has oído hablar del bloqueo del escritor?, ¿has percibido que algunas películas podrían haber sido muy buenas pero han acabado siendo un insulto al espectador?, ¿no has leído biografías de artistas que mueren incomprendidos y en la miseria? En Mundo Lateral todo esto es negocio. ¿Un artista que se suicida?, ¿un escritor que se rinde? Estupendo. Allí no se tira nada, saben aprovechar muy bien nuestros fracasos.
Por ejemplo, piensa en esos apuntes en el cajón de un escritorio o en la carpeta de documentos protegidos de un portátil. Trabajos que son resultado de años de introspección y que, sin embargo, no se darán a conocer, suponen allí una alta rentabilidad. Porque cuando alguien con extraordinario talento no intenta hacerse conocido, es una oportunidad magnífica para las reeditográficas de Mundo Lateral.
Su éxito se basa en nuestra firme creencia de que el mejor trabajo es el que llega a tener éxito. De esta manera, aquí, en Mundo Recto, nos quedamos con un conjunto homogéneo de obras; una Madonna que décadas después se continúa en una Lady Gaga. Allí, los intentos frustrados u obras rechazadas forman un abanico cultural de extraordinaria riqueza. Aunque no sean los mejores ejemplos, allí se vende La guerra de las galaxias que no entienden los niños, el Oscar Wilde que no se calló nada y el musical que Freddy Mercury estrenó en 2001.
Por otra parte, claro, los autores que son para nosotros completos desconocidos, como Andrei Antonov o la genial autora india del Muy Picante Siglo, Manjit Mahan, son los
más reconocidos en Mundo Lateral. Me gustaría especificar si éstos escriben o componen, pero en realidad el formato de sus obras no se adapta a lo que entendemos por largometraje, novela o álbum musical. Todas las formas concebibles de representación han sido fabricadas y distribuidas por las reeditográficas. Los grandes autores conjugan elementos como texto poético, sabor y análisis estadístico con total fluidez en una sola obra coherente. Incluso formas de arte como la arquitectura maciza, sin gozar de prestigio académico, obtienen una gran comercialización.
El público de Mundo Lateral se apresura a consumir los productos de las reeditográficas, porque allí las obras pueden desaparecer para siempre. Y es que cuanto mejor es una obra, más posibilidades tiene de que un día se reconozca su valor en nuestro mundo. Por ejemplo: La conjura de los necios fue un éxito de ventas en Mundo lateral hasta que se publicó aquí.
Aunque esto pueda parecer inquietante, hay que pensar que las obras según se hacen populares aquí en Mundo Recto, allí se van borrando de la memoria del público. De esta forma, los habitantes de Mundo Lateral no tienen conciencia de haber perdido ninguna obra importante.
Si algún proyecto tuyo se detuvo porque no era suficientemente bueno, puede que ahora mismo sea una gran influencia dentro de los círculos intelectuales de Mundo Lateral. Enhorabuena.
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