Casting a ciegas de La Voz en Gran Bretaña. Una canción con chispa y una voz con carisma, pero sólo un juez se da la vuelta. ¿Por qué? Porque los demás asumieron que, al ser un tema de Ray Charles, sólo podía tratarse de alguien mayor. Y claro, no les interesaba. No podían imaginar que en el escenario hubiera una chica joven, atractiva y con suficiente personalidad como para hacer su propia versión de una canción de 1955.
Si la cantante hubiera elegido algo más actual, seguramente hubiera conseguido el apoyo de más jueces. Entonces, ¿se equivocó? No. Eligió el tipo de música que le gusta, el tipo de música con el que se identifica. Decidió mostrarse como es. Sin disfrazarse para la ocasión con un traje a medida de los 40 Principales. Corrió el riesgo y acertó, consiguió al juez más difícil del programa: Sir Tom Jones (que también arriesgó y salió ganando).
Aunque aún se da demasiada importancia a los envoltorios, lo bueno es que su significado está cambiando. Ya no estás obligado a ir de traje y corbata a una entrevista para que te tomen en serio. Es más, quizás te prestarán más atención si llevas camiseta y vaqueros, como cuenta Yorokobu en este estupendo post. Es una señal que se debe tener en cuenta. Porque en esta era tan dinámica, aferrarse a los tópicos puede ser un gran error (como el de los jueces del vídeo).
En el caso de la relación entre cliente y agencia, en Mr. No Name pensamos que es el momento de abrir las ventanas para que el aire fresco disperse estereotipos que no benefician a nadie: clientes que desconfían por sistema porque las agencias "les quieren vender humo"; agencias que se piensan que los clientes "nunca entienden nada". Por nuestra parte debemos asumir que quien mejor conoce su negocio es el cliente: hay que escucharle más y mejor. Por la suya, el cliente debe comprender que, por loco que le pueda parecer, lo que le presentamos es la solución al problema que nos han planteado. Una solución que surge de un equipo de profesionales que le ha dado muchas vueltas. No somos enemigos, estamos en el mismo barco: porque si la campaña triunfa, ganamos todos.
Si la cantante hubiera elegido algo más actual, seguramente hubiera conseguido el apoyo de más jueces. Entonces, ¿se equivocó? No. Eligió el tipo de música que le gusta, el tipo de música con el que se identifica. Decidió mostrarse como es. Sin disfrazarse para la ocasión con un traje a medida de los 40 Principales. Corrió el riesgo y acertó, consiguió al juez más difícil del programa: Sir Tom Jones (que también arriesgó y salió ganando).
Aunque aún se da demasiada importancia a los envoltorios, lo bueno es que su significado está cambiando. Ya no estás obligado a ir de traje y corbata a una entrevista para que te tomen en serio. Es más, quizás te prestarán más atención si llevas camiseta y vaqueros, como cuenta Yorokobu en este estupendo post. Es una señal que se debe tener en cuenta. Porque en esta era tan dinámica, aferrarse a los tópicos puede ser un gran error (como el de los jueces del vídeo).
En el caso de la relación entre cliente y agencia, en Mr. No Name pensamos que es el momento de abrir las ventanas para que el aire fresco disperse estereotipos que no benefician a nadie: clientes que desconfían por sistema porque las agencias "les quieren vender humo"; agencias que se piensan que los clientes "nunca entienden nada". Por nuestra parte debemos asumir que quien mejor conoce su negocio es el cliente: hay que escucharle más y mejor. Por la suya, el cliente debe comprender que, por loco que le pueda parecer, lo que le presentamos es la solución al problema que nos han planteado. Una solución que surge de un equipo de profesionales que le ha dado muchas vueltas. No somos enemigos, estamos en el mismo barco: porque si la campaña triunfa, ganamos todos.
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