Un error en biblioteconomía podría ser fatal.
Una de las profesiones más respetadas en Mundo Lateral es la de Biblioteconomía. Un biblioteconomista fiable entra a un espacio, ya sea la habitación de un palacio o el sótano de un búnker y lo primero que hace es planificar qué estanterías van a ser colocadas. Elige el tamaño, color y tipo de madera. El tipo de madera es algo particularmente importante a la hora de crear información. Álamo para colecciones sin importancia y cerezo para obras tan densas que nunca serán leídas. La madera de pino, la más frecuente, es la indicada para lecturas en diagonal y siempre hay que prever una estantería de ébano para títulos que se perderán al ser prestados.
Una vez dispuestas las estanterías el biblioteconomista debe meditar con calma sobre la naturaleza del conocimiento. Nadie puede hablar con ellos ni mirarles indiscretamente. La epistemología es algo muy arriesgado que debe practicarse en la intimidad. Un fallo en el método podría ser fatal, todo se convertiría en un caos incomprensible.
Al finalizar su período de incubación el biblioteconomista anuncia el criterio para establecer categorías. Algunos criterios, si tienen éxito, influencian a todas las bibliotecas de Mundo Lateral al menos durante esa temporada. Uno de los criterios clásicos es, por ejemplo, el momento del día óptimo para leer las obras. En este caso, el biblioteconomista ordenaría los boletines matinales en el hall de la entrada y los tomos nocturnos en los pasillos al fondo, donde los empleados suelen esconderse.
Una vez que todo ocupa su lugar, el biblioteconomista, junto a su equipo de etiquetógrafos, fabrican los rótulos en chapa, plata o cerámica. Nunca en papel ni cartón. Puede haber categorías como "Dejar a la mitad", "Cotidianeidad" o "Mención al mar". La caligrafía que aprenden estos artesanos suele ser abigarrada y difícil de leer para que los visitantes puedan detenerse a pensar qué clase de lectura necesitan.
Aquí acabaría la misión del biblioteconomista. Ahora, la cuadrilla de escritores contratados para esa biblioteca ya pueden empezar a rellenar los espacios de las estanterías con un criterio bien definido. Cuando una estantería se llena, se detiene la generación de manuscritos que cumplan ese criterio. Si un área de conocimiento crea problemas como "Palíndromos" o "Historia Borrada" se llama a especialistas que están mucho mejor pagados. Algunas bibliotecas llevan siglos siendo escritas y son proyectos extremadamente caros pero merece la pena culminarlos. En muchos Estados es su mayor orgullo y llegan muchos turistas de todo el Mundo Lateral para admirar la obra de los grandes biblioteconomistas.

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